Aglutinamiento vivió éste 29 de abril la Feria del Libro
REVUELO EN CORFERIAS
El Chavo del ocho y el Chapulín Colorado estuvieron presentes en la Feria del Libro, representados por su creador Chespirito.
La llegada del humorista, escritor y actor, Roberto Gómez Bolaños, más conocido como Chespirito al la Feria Internacional del Libro el domingo 29 de abril causó revuelo.
En los 10 días de transcurrida la Feria, nunca había estado tan llena. Ingresaron miles de personas cuya única ilusión era ver al personaje que desde años los hace reír.
Ese día la Feria rompió el récord de entradas en toda su historia, con una asistencia de 53.373 visitantes, entre las 10a.m y las 8p.m.
Niños, jóvenes y adultos con su camiseta del Chapulín colorado y en sus manos el libro “Sin querer queriendo” realizaban la extensa fila necesaria para la firma de sus libros. Los 4.000 ejemplares en horas de la tarde ya se habían agotado.
Aunque la llegada de Chespirito ocurrió en completa calma, la extrema seguridad ocasionó inconvenientes; ya que en la sala José Eustacio Rivera no solo se llevaba acabo la presentación del libro de Chespirito, en salones aledaños en la misma sala, otros escritores, tenían la presentación o lanzamientos de sus libros, motivo por el cual dichas presentaciones se retrasaron.
Un ejemplo de aquellos inconvenientes fue el vivido por una escritora, a quien no le permitían el ingreso a la sala. Su marido tuvo que traer los libros que dicha autora había elaborado para que le permitieran la entrada.
Otro inconveniente, derivado del anterior, es que mucha gente utilizaba estos lanzamientos para entrar a la sala fácilmente, motivo por el cual las personas que se encontraron en el exterior se mostraron inconformes.
Al final de día no toda la gente alcanzó a entrar por sus autógrafos, por ello se tomó la decisión de abrir una segunda firma de libros el día lunes 30 de abril.
1 comentario:
muy bueno tu blog. yo estudio periodismo y mi idea de un blog periodístico se parece a lo que tú estás haciendo. enhorabuena y sigue cubriendo la sórdida realidad.
un saludo
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